
Ayer, nos conmovía la noticia de que Azcona nos había dejado como vivió, de una forma discreta. Durante años fui víctima de los rumores que decían que no existía pero afortunadamente con las fugaces apariciones en los últimos tiempos pudimos disfrutar de la sabiduría de una buena persona. El año pasado fue nombrado medalla de las Bellas Artes de La Rioja, su discurso fue nostálgico y conmovedor con una memoria visual de los pequeños placeres de la vida logroñesa, de las ensaladas de lechuga, de verdad, de la huerta, de la vida en la satrería.... fue fantástico conocerle. Creo que en esta comunidad, nosotros los políticos (unos más que otros) deberíamos aplicar sus valores; la humanidad y empatía con los matices del otro, la honestidad, la discreción y el trabajo bien hecho