Ayer fué un día muy triste, había muerto Carmelo y el tiempo acompañaba esa sensación plomiza de pérdida. Hoy me quiero quedar con la sonrisa de Carmelo en la foto que nos dejó para el chamizo de San Mateo de este año, me quedo con esa energía y entusiasmo que puso en el nacimineto de "Logroño vivo" que otros no hacían más que boicotear, los mismos que tuvieron la desfachatez de aparecer compungidos con su corte de periodistas a la capilla ardiente.
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