lunes, 24 de noviembre de 2008
El pecado del arte
El Gobierno de la República Española encargó en 1937 a Picasso un cuadro para decorar el Pabellón Español durante la Exposición Internacional de París. Meses antes, en septiembre de 1936, el Gobierno de la República Española había comunicado a Picasso su nombramiento como director del Museo Nacional del Prado (aunque no tomó posesión efectiva del cargo).
Picasso con su cuadro “El Guernica” expresó su visión del bombardeo. Ese cuadro pasó a ser una obra de referencia en el mundo del arte universal. El arte y en concreto esta obra tiene la capacidad de ponernos los pelos de punta y de transmitirnos el horror de la guerra y el dolor de sus victimas de forma más efectiva que centenares de libros o de historias contadas. Porque el arte y las emociones plasmadas trascienden y llegan al corazón de los espectadores.
Hay quienes sólo piensan en la cultura como una muestra regional y una seña identitaria rancia y no como una forma de transformar el mundo. Luego, les molesta que el mundo de la cultura les dé la espalda. Estos mismos son quienes critican a Barceló y su cúpula para Naciones Unidas. Primero porque no lo comprenden y segundo porque no creen en el arte y en la cultura.
El pecado de Barceló ha sido apoyar un pensamiento progresista y eso le ha pasado factura por parte de los medios de comunicación de la derecha, que no cuestionaban a este artista cuando realizó obras para la catedral de Mallorca. Los y las artistas por lo general no son indiferentes a la sociedad que les rodea, interpretan y transmiten visiones e inquietudes. También Picasso se mojó por la República y en mayo de 1937, en plena elaboración del cuadro, realizó una declaración contra la posición fascista de los rebeldes franquistas y su compromiso con los republicanos españoles, defendía que los artistas no pueden ni deben permanecer indiferentes frente a un conflicto en el que están en juego los más altos valores de la humanidad y de la civilización , hablaba de su obra en los siguientes términos “En el mural en el que estoy trabajando, el cual llamaré Guernica, y en todos mis trabajos artísticos recientes, expreso con claridad mi aborrecimiento hacia la casta militar que ha sumido a España en un océano de dolor y de muerte”. El Gobierno de la República pagó a Picasso un total de 150.000 francos por la ejecución de la obra, aproximadamente el 10 % del gasto total del Pabellón (en el que estaban Miró, Julio González, García Lorca…etc). No sé si en su época les pareció mucho o poco, ni si su encargo fue tan polémico como el que se ha hecho a Barceló. Pero lo que si sé es que este ha pretendido plasmar una idea que puede cambiar nuestro futuro, el de crear un mundo nuevo en el que una alianza de civilizaciones entre diferentes en el que todos trabajemos por un mundo justo, solidario e igualitario.
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