Ya hace alguna semana que regresé de Italia, un país que me fascina por muchas razones. Nada más llegar una compañera me comentó que en "el correo" del 27 de agosto se publicaban unas opiniones sobre la violencia de género del representante de la asociación de congoleños cuanto menos cuestionables. Algunas de las lindezas que salieron por su boca son: "los hombres son superiores por naturaleza", "el hombre tiene la agresividad en la sangre, así que cuando una mujer esta delante de un hombre tiene que respetar su naturaleza" y mi frase favorita "hay que educar a las mujeres españolas que tienen la lengua suelta porque la ley las ampara. Provocan y no respetan a su marido y eso le empuja a la violencia". Creo que sobran los comentarios ante estas declaraciones anacrónicas que denotan una falta de respeto hacia los valores constitucionales y de igualdad. Hoy repasando fotos de mi viaje a Italia reflexiono sobre lo bello del país y el impresentable de su presidente (yo no tengo que mantener ninguna actitud de diplomacia) sobre todo a raíz de sus declaraciones en las que las mujeres somos "un regalo de Dios para los hombres" y pienso tan lejos, tan cerca... cuanto trabajo queda por alcanzar la igualdad real...
Me gustaría dirigirme en concreto a las mujeres africanas que viven en
