jueves, 21 de agosto de 2008

Dolor

Hay días en los que un suceso marca momentos de duelo en una nación. Ayer fue uno de esos. Poco se puede decir para calmar el dolor de las familias y el ¿porqué? que inevitablemente nos agijonea. Por desgracia la muerte nos rodea, y a lo largo de la vida asumimos cada pérdida que se produce a nuestro alrededor de una forma personal e intrasferible que nos hace conscientes de nuestra propia naturaleza y que nos recuerda lo valioso de una vida humana.

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